Thursday, October 26, 2017

Lo que no sabiás de los altares del Día de Muertos


El día de muertos se celebra el día dos de noviembre, fecha que coincide con la celebración católica de los fieles difuntos, misma que tuvo su origen en la Francia del siglo XV y que los conquistadores españoles trajeron consigo en el s. XVI. Las culturas mesoamericanas prehispánicas celebraban en agosto un culto a los muertos presidido por una deidad llamada Mictecacíhuatl o Dama de la muerte. Ambas costumbres convergieron inevitablemente, sincretizando las profundas raíces que esta fiesta tiene en la tradición Mexicana. La UNESCO ha incluido esta celebración nacional como parte del Patrimonio Intangible de la Humanidad.

Mictecacíhuatl

Los aztecas practicaban dos festivales importantes: uno para niños (Miccaihuitontli), que se celebraba alrededor del 8 de agosto según relatos de los primeros frailes, y el de los adultos (Hueymiccailhuitl) se hacía 20 días después. En el inter, los aztecas presentaban ofrendas a sus muertos y ofrecían penitencias y purificaciones.
Los españoles por su parte, solían ir a los cementerios y depositar pan, vino y flores desde el Día de Todos los Santos, es decir desde un día antes de la celebración del Día de los Fieles Difuntos y rezaban en el lugar para apaciguar a los difuntos ya que algunos pensaban que en ese día las almas deambulaban por la tierra y podían llevárselos consigo. Las ofrendas se presentaban en un altar y se prendían velas para guiar a los difuntos hacia el altar.
Pan de Muerto

La tradición azteca de venerar a los niños y a los adultos no fue erradicada por los españoles al convertirlos al catolicismo, sin embargo por recomendación papal, las celebraciones se hicieron coincidir con las fechas de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, los días 1 y 2 de noviembre a la usanza española en lugar de las fiestas separadas de la tradición azteca. Desde entonces se considera que el día 1 es el día de las almas de los niños y el día dos de las de los adultos.
Sin duda este sincretismo es el que dio origen a los diversos elementos aztecas y españoles presentes en los actuales altares del día de muertos. De acuerdo con la tradición azteca en algunas regiones suele haber en los altares una cruz de cal que representa los 4 puntos cardinales; también se representan los 4 elementos tierra, fuego, agua y viento, este último es típicamente representado con el ondear del colorido papel picado.  Se destaca también la flor de cempasúchil, o flor de los cuatrocientos pétalos, cuyo olor se cree atrae a los muertos y su color amarillo evoca al sol, cuya luz alumbra el camino del alma. En muchas regiones de México, suele incluirse un arco, profusamente decorado con flores, cuya presencia alude a la entrada al inframundo.
floricultor de cempasúchil

El pan, como representación de la Eucaristía y la cruz, son elementos cristianos aportadas por los hispanos, quienes también contribuyeron con otros elementos como las flores blancas y rojas que representan la pureza y el amor. Tradicionalmente se utilizan los ramilletes de "Nube" y los rojos claveles. Hoy en día el vino ha sido sustituido con el tequila que va más de acuerdo con la costumbre nacional y la comida se presenta hoy, a la usanza española, con la riquísima variedad de la gastronomía mexicana que se adecua a los gustos de quienes se honra en el altar.
Altar
El fuego de las velas y el humo ascendente del incienso o el copal son comunes a ambas culturas; sin embargo otros muchos elementos se han incorporado a la fiesta con el pasar de los años; hoy no faltan las fotografías, las simpáticas y muchas veces mordaces "calaveritas", agudas rimas que hacen eco del buen o mal actuar de los protagonistas de todos los ámbitos de la sociedad. Quizá ningún elemento sea tan emblemático hoy cómo las deliciosas y coloridas calaveras de azúcar.
¡Calaveritas de azucar!
Como hemos visto, la celebración del Día de Muertos es una riquísima amalgama de historia, culturas, costumbres, colores y sabores, misma que inspira a artistas, fotógrafos y estudiosos a documentar de un modo u otro esta fiesta infinita. Museos e instituciones realizan exposiciones en México y en el extranjero. Parece irónico, pero sin duda alguna, la celebración del Día de Muertos continua tan viva hoy como en los últimos 500 años.

Q.D.E.P.