No nací en
Cozumel, pero me volví Cozumeleño desde la primera vez brinque al mar. No pude
resistirlo. Fue amor a primera vista. Tenía 5 años. Desde entonces he buceado y
“esnorqueleado” muchos lugares de la isla, sin embargo ninguno me regresa a aquellos
días de asombro y diversión de mi niñez como ahora lo hace el arrecife “Bajos
de Colombia”. Me gusta bucear, sin embargo para el mí el buceo tiene más que
ver con aventura y emoción. En cambio el esnorquel tiene mucho más que ver con
la sensación de libertad y diversión, no hay muchas cosas de que preocuparse,
no hay computadoras, no hay tanques ni válvulas ni mangueras, sólo es diversión
y libertad.
Un garbanzo de a libra.
Muchas condiciones
extraordinarias convergen en el arrecife de Colombia para crear un medio
ambiente saludable para el desarrollo de la biodiversidad del lugar. Factores
tales como la profundidad, la luz del sol, la temperatura del agua, las
corrientes marinas, la ubicación de los vecinos arrecifes y e incluso la laguna
de Colombia, de la que lleva el nombre, todo, contribuye a hacer de este lugar
un sitio singular.
Para
comprender mejor sus especiales características es necesario conocer donde se
ubica. El sistema arrecifal de cozumel es la porción más relevante del arrecife
mesoamericano, la segunda barrera
arrecifal más grande del mundo, después de la gran barrera australiana. La
mayor parte del sistema de arrecifes se encuentra a lo largo de la costa occidental
de la isla. Sin embargo solamente una franja de poco menos de 5 kilometros
ubicada muy al sur es la que, sin lugr a dudas, le ha dado fama internacional a
cozumel. Aunque esa franja pudiera considerarse un solo macizo coralino, los
guias locales han dado nombre a diferentes secciones con el objeto de ubicar
mejor sus diferentes atractivos. De este modo tenemos de norte a sur Los
Jardines de Palancar, Las cuevas, la herradura, Palancar y Colombia Profundo.
Entre estos dos últimos y la costa se encuentra el arrecife Bajos de Colombia.
Mientras
que los arrecifes circuandates se ubican al borde de un abismo enfrentando el
vacio del abismo que separa la isla del continente, Mismos que protejen el
flanco occidental de Los Bajos de Colombia de la diaria marea alta y de las
eventuales marejadas de tormenta. Hacia el este se encuentra la costa arenosa
que divide el océano de la bahía de Colombia, misma que da nombre a este
arrecife y al sur lo protege el cabo de punta sur. Protegido por todos los
flancos, este lugar es un criadero natural para diversas especies.
Es común
ver tortugas de carey, adustas barracudas, cojinudas, roncos, pargos y vistosos
peces lija. Eventualmente se avistan en el área anguilas morenas verdes, pulpos
y meros de regular tamaño, aunque no es extraño que se les vea poco ya que
estos sanguinarios depredadores que suelen ocultarse preparando su mortal
emboscada. En los meses de invierno es posible avistar ocasionalmente a un
visitante distinguido en esta área, me refiero a las majestuosas rayas “águila
moteadas”.
Algunos de ellas llegan a medir hasta unos dos metros de envergadura y otros dos de largo incluyendo la cola. Aunque no son animales agresivos suelen defenderse con su peligrosa cola si se sienten atacadas, lo mejor es mantenerse a una distancia prudente. Aunque suene un poco irónico en este lugar suelen encontrarse jóvenes tiburones nodriza, quizá haciendo “practicas profesionales” para cuando maduren y se gradúen. A pesar de su fiero aspecto estos pardo-azulados devoradores de crustáceos y moluscos no son agresivos sino más bien muy relajados (los individuos maduros lucen un color pardo obscuro).
Algunos de ellas llegan a medir hasta unos dos metros de envergadura y otros dos de largo incluyendo la cola. Aunque no son animales agresivos suelen defenderse con su peligrosa cola si se sienten atacadas, lo mejor es mantenerse a una distancia prudente. Aunque suene un poco irónico en este lugar suelen encontrarse jóvenes tiburones nodriza, quizá haciendo “practicas profesionales” para cuando maduren y se gradúen. A pesar de su fiero aspecto estos pardo-azulados devoradores de crustáceos y moluscos no son agresivos sino más bien muy relajados (los individuos maduros lucen un color pardo obscuro).
Dese luego
que también los pólipos de las enormes colonias de coral se benefician de las características
de este lugar. La corriente marina, la cercanía al drenado de los manglares, el
sol y la profundidad correcta permiten el sano desarrollo de algunas especies
de coral. Hay que destacar que el arrecife de Colombia posee el más extenso y
sano jardín de coral “lechuga” de Cozumel, un espectáculo. Desde luego otros
tipos de coral también se desarrollan en esta zona. Algunos levantan enormes y coloridas
estructuras de 10 metros desde el fondo arenoso desarrollando caprichosas
formas y túneles por los que se puede pasar y en los que suelen refugiarse
pequeños cardúmenes.
Algunos factores
externos también contribuyen a hacer del Arrecife de Colombia un lugar excepcional.
Primero se tiene el hecho de que este arrecife está lejos de todo y solo puede
accesarse en bote; la distancia y la inaccesibilidad filtran multitudes. Además
el sitio está ubicado dentro de la zona protegida del Parque nacional Arrecifes
de Cozumel así que la navegación y las actividades acuáticas están reguladas.
Las embarcaciones turísticas y el personal abordo requieren de una licencia
especial para operar en el área. La navegación de embarcaciones de calado
profundo y el uso de anclas está prohibido. Para los visitantes aplica la política
de “no tocar, no pescar y no llevar recuerdos” ya que algunos visitantes inescrupulosos
suelen romper trozos de coral como recuerdo ignorando que los brillantes colores
solo se conservaran mientras el coral está vivo.
En suma,
diversos factores conspiran de una forma u otra para hacer del arrecife de
Colombia un lugar destacado para hacer esnorquel en Cozumel, quizás, salvo su
mejor opinión, el mejor lugar para hacer esnorquel en Cozumel.
¿Cómo llegar hasta ahí?
Existen básicamente
tres maneras de llegar ahí. La primera no es muy económica y consiste en
alquilar una embarcación con tripulación y hacer el viaje de manera privada. La
segunda opción aunque seguramente igual de emocionante que las demás pero quizá
no la más cómoda ni la más completa es adquirir uno de los viajes que ocasionalmente
salen en pequeñas embarcaciones balleneras desde el muelle del centro de la
ciudad. La tercera, pero decididamente no la menos importante es viajar con el
tour especializado “Cozumel Snorkel Tour:
Coral Reef, El Cielo & Playa Mia Beach”. Este tour opera diariamente una
salida a las 11 de la mañana desde el muelle del centro de la ciudad. Sin duda
es la mejor opción en cuanto a costo beneficio. La embarcación es un velero catamarán
grande con dos cubiertas y diseñada para hacer snorquel a mar abierto y cuenta
con una tripulación en forma. El tour hace dos paradas para hacer esnórquel,
una en el arrecife de Colombia y la segunda en el Cielo (#elcielocozumel), que
es el otro gran tesoro natural de la isla. Hacer snorquel a la deriva con la
corriente en estos lugares es una experiencia increible. Después de las
actividades de esnorquel el capitán abre la barra abordo y la verdad es que no
cae nada mal una cerveza de barril muy fria, también hay margaritas. La embarcación
hace una tercera parada para comer y beber en el parque acuático Playa Mía Grand
Beach, que es de hecho, el más grande de la isla. Después atracar el buffet y
la barra libre (¡el esnorquel da hambre!), se pueden hacer dos cosas durante el
tiempo libre antes de regresar al barco, aletargarse en la playa a bajar la
comida o bien animarse a hacer uso de alguno de los diferentes atracciones del
parque, hay muchos juguetes de playa, albercas y juegos, la mayoría están incluidas
con el tour. Para mayor información al respecto visite www.playamia.com.
Epílogo.
Estamos justo por entrar al
agua en un extremo del arrecife según me comenta uno de los marineros. Estoy listo
con todo el equipo de esnorquel; muero por tirarme al agua. Los marineros
remueven dos panelas del piso de la cubierta de proa y descubren un inteligente
sistema de escaleras para entrar al agua… aunque brillante el arreglo, el mar
me llama y lo que quisiera es lanzarme por la borda al grito de “fuera bombas”
como cuando era niño. Un marinero me leyó la mente porque abrió la baranda por
la que abordamos en el muelle y hace una seña para invitar a los que gusten a
brincar por la borda… ¡ajá!, ahora es cuando, ¡fuera bombas!